No me ha resultado fácil adaptarme a la línea erótica, cualquiera que no lo haya intentado le puede parecer que sería capaz de hacerlo, es lo que me pasó cuando me lo propusieron, pensé que estaba tirado y que dedicando unas pocas horas al día podía ganarme un sobresueldo cómodamente, pero no es tan sencillo
Me dijeron que serían sólo un par de horas diarias, de diez a doce de la noche, pero la realidad es que a partir de esa hora es cuando empieza a haber más movimiento, casi siempre se alarga a más de las dos de la madrugada, al final tengo que parar porque ya estoy agotado y me tengo que levantar a las seis y media, he tomado la determinación de ir al gimnasio a las siete de la mañana, una hora, hasta las ocho que me voy al trabajo, así tengo la tarde libre para leer un rato, dar un paseo y desconectar y esperar a que lleguen las diez
Dudé antes de decidirme, porque por una parte no estaba muy seguro si iba a ser capaz, me refiero de hacerlo dignamente, con convicción, no me gusta fingir, me parece que es un engaño, lo que pasa es que llega el momento que, la verdad, físicamente ya no puede uno más y entonces no me queda más remedio que simular
Al contrario de lo que pueda parecer, las clientas que se ponen en contacto no lo hacen únicamente por una cuestión de placer, ni mucho menos, sí es verdad que los primeros momentos buscan un regocijo rápido, cuando llaman ya están excitadas y basta con mostrar algo de cariño y un poco de confianza para que enseguida alcancen el clímax, pero después, sobre todo cuando ya han llamado varias veces, lo que desean es expresar sus preocupaciones, desahogarse con alguien desconocido de los sinsabores con los que a todos nos trata la vida, y hago una labor de confesión, de comprensión, incluso algún consejo a veces me piden, soy reacio a ello, porque quién soy yo para dar consejos, pero soy tan osado que en ocasiones me atrevo a darlos
Ahora aprovecho unos momentos de descanso, si no me tomo un rato de respiro terminaría agotado, hiperventilado, simular un orgasmo requiere pasar un momento de sofoco, de sobreexcitación, bueno, la simulación del primero es llevadero, los dos o tres siguientes están dentro de lo soportable, pero a partir de ahí empieza a ser complicado, hay que hacer las cosas con moderación, no conviene excederse porque los excesos tarde o temprano terminan pagándose
Y bueno, lo hago por el sobresueldo, aunque estoy empezando a engancharme, no por el tema del placer, para nada, es un trabajo muy duro, no creas, por mi parte no hay demasiado placer, no digo que alguna vez no me haya excitado sin haberlo fingido, pero no es eso lo que me motiva, sino que es la confianza que terminan por depositar en mí las clientas que llaman, especialmente las que lo hacen con cierta asiduidad, ahí es donde radica precisamente mi placer, en sentir al otro lado de la línea esa confianza, a la que procuro corresponder y no defraudar, en la medida que puedo, con el límite de no herir su sensibilidad, finjo en el placer, es verdad, pero soy sincero en lo demás
JM Paredes
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