18 dic 2022

27. Laura, pareja de baile


Desde el primer momento supe que asistir a la academia de baile me traería problemas, sabía que mi debilidad unida a esa incomprensible atracción que sienten las mujeres hacia mí, me metería en más de una dificultad, como así ha sido, pero no por ello he dejado de asistir a las clases, ahora ya puedo decir que comienzo a dominar el baile de salón al tiempo que empiezo a dominar la situación

Mi debilidad radica en que no sé decir que no, lo intento con todas mis fuerzas, pero la palabra "no", es incapaz de salir de mi boca, cuando intento decir "no", me sale "estaba deseando" o "lo que tú digas" o "claro que sí" y eso no es bueno, porque suele arrastrarme irremediablemente a un lugar, el dormitorio de una mujer. Creo que me han cogido el número y se ha establecido una carrera desenfrenada por ser la siguiente de arrastrarme a su cama 

Todo empezó el primer día, en la primera clase, fue ahí donde quedó en evidencia mi debilidad, donde perdí el timón y cuando me vi abocado a esta locura. Las clases habían comenzado un par de semanas antes, pero me dejaron incorporarme al grupo, en total unas treinta personas, la mayoría mujeres, por lo tanto las parejas de baile la suelen formar parejas de mujeres y pocas se forman con hombre y mujer. Como es obvio, al incorporarme siendo hombre, fui recibido con júbilo, al presentarme la profesora fui recibido con un aplauso, incluso algunos silbidos del tipo piropo y creí escuchar hasta un "macizo", pero en ese momento creí que podría haber sido mi propia imaginación, aunque más tarde una dama me confesó que fue ella quien lo dijo, pero ya llegaremos a eso, porque tema hay para un buen rato

La profesora me dio unas primeras explicaciones, que fueron en principio suficientes y acto seguido me ofrecieron como pareja, se levantaron casi todas las manos, la profesora nombró a una, "Laura", y Laura se acercó sonriente como si le hubiera tocado una cesta de navidad, no le di más importancia, me presenté "me llamo Jose, es un placer ser tu compañero de baile", ella respondió "el placer es mío", esa misma tarde el placer fue de ambos

Empezó a sonar la música y Laura se acercaba, para mi escaso entender, más de lo que el propio baile requería, yo miraba a las demás parejas y a mi juicio no se acercaban tanto, en realidad no apretaban el pubis contra el otro como lo hacía Laura. Tengo que decir que soy débil, sobre todo en el tema éste del cosquilleo en el vientre, no sé qué me pasa, pero soy propenso a sentirlo con la mínima, y es que es sentir el cosquilleo y perder la voluntad es todo a uno, pierdo el dominio de mí mismo y quedo expuesto a los elementos. La música seguía sonando, Laura, moviéndose como una danzarina del vientre, la luz atenuada, el olor a perfume, el carmín en los labios y un elocuente "¿vienes a mi casa?", yo, Jose, el débil, ¿iba a decir que no?, lo pensé, pero de mis labios salió "yo voy contigo al fin del mundo"

Laura, lo modosita que parecía cuando se acercó sonriente al llamarla la profesora para ser mi pareja, cuando me llevó del brazo hasta su portal, me arrastró escaleras arriba hasta su piso, abrió la puerta, me estiró hacia dentro, se abalanzó sobre mí y me mordió los labios, me sacó literalmente la camisa y no sé cómo me tiró sobre su cama, os puedo asegurar que Laura, Laurita, se convirtió en un vendaval que yo mismo, alguien que no le pillan de nuevo en según qué cosas, me vi sorprendido y no pude hacer otra cosa que dejarme llevar por el remolino del ciclón, tengo que reconocer que los primeros muerdos a boca abierta después se convirtieron en dulces besos y en adorables mimos, que todavía hoy me dan escalofríos cuando los recuerdo

Un beso Laura, tú me diste todo lo que habías guardado, según me dijiste al oído después, expresamente para mí y por ello siempre te estaré agradecido y siempre guardaré un rinconcito en mi corazón para ti

JM Paredes

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